CORDURA
A José
"Pepe" Quesada Moreno
Basado en una pequeña
fracción
de Vino Amargo, y
otros textos.
El escritor sevillano llega a su
departamento. Con beatífico gesto saluda a su familia. Ya en su escritorio,
entra en conversación con Melo y la negra Teresa, suerte de entrevista para
conocer sucesos de sus vida, en especial uno que particularmente le interesa.
Sigo sus movimientos, sus palabras, cuido de sus pasos.
Moctezuma, el más grande emperador de todos
los tiempos. Luego de derrotar al invasor hispano, sacrifica a Cortés por su
insolencia, aliarse a los enemigos tlaxcaltecas y pretender enfrentarlo. Él,
único representante de Quetzalcóatl, no tiene iguales.
Otra noche más en que deja esperando a su
esposa, sumido en la búsqueda del trozo de pirita que se desquebrajó cegando la
galería. Sin salir de su estudio, linterna en mano, revisa cada uno de los
puntales que cedieron. Necesita saber, encontrar el porqué. Luego de su
expedición por la mina, guarda sus papeles y va a dormir. Estoy atento, un tic,
un gesto, puede ser la señal.
El emperador azteca, a modo de soberano del
Nilo, usa toda su fuerza de esclavos para la gloriosa tarea. Son diez las naves
invasoras para entrenar marinos, la restante es desmontada pieza a pieza por
sus ingenieros, constructores de pirámides, ahora devenidos en ingenieros
navales. La orden del monarca es quintuplicar la fuerza, cuarenta y cuatro
barcos se construyeron. Esta formidable armada de Moctezuma consta, entonces,
de cincuenta y cinco barcos pesados, y los trece bergantines que Cortés
insensatamente usó para atacar Tenochtitlan.
Vuelve de rehacer su rutina de trabajo, el
sevillano. Sus hijas lo entretienen con relatos de la escuela, comparte con
ellas juegos de mesa, cumple su rol de padre. Un beso en sus mejillas marca la
necesidad de recluirse nuevamente en su estudio. Allí discute horas con Lázaro,
no acepta que no sepa dónde está el perro. El minero no hace más que encogerse
de hombros. Necesita saber para contar la historia. Estoy tranquilo, nada
cataliza, nada nos lleva a lo esperado.
La corte del Gran Moctezuma cuenta con la
presencia de Gerónimo de Aguilar y Gonzalo Guerrero, quienes hacen del paso por
la isla de Cuba una pequeña demostración del poderío Azteca. Luego de reducir a
la población, completar víveres y hacerse de toda arma de fuego que
encontraron, están listos para la conquista. Con el Tocado del Dios
Quetzalcóatl en su regia cabeza, el emperador da la orden de poner proa hacia
la Hispania que osó molestar su paz, el Dios Emplumado iba por ella.
El fin de semana se presentaba propicio,
soleado, iniciando sus vacaciones veraniegas, el sevillano va con su familia a
la Playa de las tres Piedras, cerca de Chipiona. Un viaje de poco más de una
hora que asegura belleza. Llegar y marchar a la playa se realiza sin escalas.
Esposa e hijas jugando en la arena, él sentado mirando al poniente. De pronto,
ve cómo se dibuja en el horizonte la armada de Moctezuma. Ya no puedo responder
por su cordura.
©Luis Héctor Gerbaldo